El vino en Troya, un hallazgo que reescribe la historia

El vino en Troya, un hallazgo que reescribe la historia

El vino es una bebida universal, con un recorrido que atraviesa culturas y siglos. Pero hemos creído que no ha estado al alcance de todos. Como ya hemos comentado en otras entradas de este blog, durante gran parte de la historia fue un privilegio reservado a las élites.  En Troya no estarían de acuerdo.

Por primera vez, una investigación científica ha demostrado que en la antigua ciudad de Troya el vino era consumido por toda la población, independientemente de su estatus social. Un descubrimiento que, además, nos acerca a conocer las costumbres de la sociedad troyana.

Depas amphikypellon

Durante la Edad de Bronce, los habitantes de la Grecia continental, el Egeo, Asia Menor y Mesopotamia bebían vino en unos vasos característicos: altos, estrechos, con base redonda y dos asas opuestas. Se los conoce como depas amphikypellon y podían contener entre 0,25 y 1 litro de líquido.

Este tipo de copas no solo son interesantes por su aparición en varias escenas de «La Iliada» de Homero, pasadas de mano en mano durante las celebraciones, sino porque se han encontrado más de un centenar de ellas en Troya y en asentamientos exteriores. Y os preguntaréis, ¿qué tiene que ver con el vino? ¡Pues sigue leyendo!

Cultura del vino en la antigüedad

En sociedades sin acceso a agua potable segura, el consumo de vino diluido era una práctica habitual. Los griegos consideraban bárbaro beber vino puro (ákratos oínos), por lo que solían rebajarlo en una proporción de una parte de vino por tres de agua. Esta mezcla se realizaba en cráteras antes de servirlo, y no solo suavizaba el sabor, más áspero que el del vino moderno, sino que también respondía a un ideal de moderación y civilización.

Vino en Troya

Pero vamos a lo interesante: Heinrich Schliemann, descubridor de Troya en el siglo XIX, ya defendía la hipótesis de que estas copas depas formaban parte de la vida cotidiana de los troyanos, sin importar su posición jerárquica. Más de un siglo después, un equipo de científicos de las universidades de Tubinga, Bonn y Jena ha logrado confirmar esa intuición con métodos de análisis modernos.

Los investigadores analizaron muestras de apenas dos gramos de fragmentos cerámicos encontrados en las excavaciones. Aplicaron técnicas como cromatografía de gases (GC) y espectrometría de masas (GC-MS), que permitieron detectar la presencia de ácidos succínico y pirúvico, compuestos generados durante la fermentación del mosto de uva. ¡Sí, esas copas habían contenido vino!

Y no solo se hallaron en contextos nobles. También aparecieron en zonas habitadas por artesanos, campesinos y comerciantes, lo que demuestra que el vino era una bebida común en la sociedad troyana. Según Karla Pollmann, rectora de la Universidad de Tubinga, aún no es posible confirmar si los esclavos también lo consumían, pero el hallazgo es revelador.

Más allá del lujo en Troya

Durante siglos, se pensó que el vino era una expresión de estatus, un lujo reservado para unos pocos. Este hallazgo pone en cuestión esa visión y abre la puerta a una interpretación más democrática del consumo del vino en la antigüedad.

Además, aporta una nueva visión sobre «La Ilíada«. Esta obra de Homero está cargada de mitología, pero gracias a este descubrimiento se refuerza la teoría de que, al menos alguna parte, está basado en hechos reales.

Así que el vino, tal como aparece en la narrativa épica, también estuvo presente en la vida diaria de los troyanos, sin distinción de clases. Un dato más que ayuda a completar el retrato de una civilización aún llena de incógnitas.

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