Vocabulario esencial para entender y disfrutar el vino

Vocabulario esencial para entender y disfrutar el vino

El mundo del vino es fascinante, lleno de historias, sensaciones y, sí, ¡también con un vocabulario propio! A veces, te encuentras con un vino que te enamora, pero te faltan las palabras para decir por qué. No te preocupes, no eres el único. Entender este vocabulario es como conseguir un mapa del tesoro: te ayuda a descubrir los tesoros de cada copa y a compartir tus impresiones con confianza.

En Bodegas Protos, queremos darte esas claves para que descifres el alma de nuestros vinos y disfrutes de cada momento con ellos de una forma mucho más profunda. ¡Prepárate para hablar de vino como un verdadero experto!

Vocabulario que define la identidad del vino

El origen del vino está marcado por una serie de conceptos clave que nos hablan de su nacimiento y su identidad. Imagina que el vino es un personaje con una biografía apasionante. Conocer estos términos es como leer los capítulos más importantes de su vida, desde que es una diminuta uva hasta que llega a tu copa.

Vendimia

Piensa en la vendimia como el gran día de la cosecha. Es el momento en el que se recolecta la uva de la vid. Este acto es vital, porque la calidad y el estado de la uva en ese preciso instante son la base de todo el vino que nacerá.

Denominación de Origen (D.O.)

La D.O. es como el DNI o pasaporte de calidad y procedencia de un vino. Es un sello que te asegura que ese vino viene de una región geográfica específica y que, además, cumple con reglas muy estrictas de producción. Para Protos, la D.O. Ribera del Duero (o D.O. Rueda para los blancos) es una muestra de identidad, autenticidad y excelencia.

Terruño  o Terroir

El terruño (o terroir, por su término francés universal) es la huella dactilar del vino. Es la mezcla única de todos los factores que lo hacen inigualable: desde el tipo de suelo y el clima hasta la altitud y la orientación de la viña. Es, en esencia, la personalidad que la tierra le da a cada botella.

Añada

La añada es el año en que se cosecharon las uvas de ese vino. Es como la «edición» de un libro o película: cada añada es diferente porque las condiciones climáticas de cada año (más lluvia, más sol, etc.) influirán directamente en las características de la uva y, por lo tanto, en el sabor final del vino.

Fermentación

Aquí ocurre la gran transformación, la alquimia del vino. Es el proceso donde las levaduras convierten los azúcares del mosto (el jugo de la uva) en alcohol, mientras crean un montón de aromas y sabores que luego vas a disfrutar. Es el corazón latente de la bodega.

Barrica y crianza

Imagina la barrica como un spa de lujo para el vino, un recipiente de madera (casi siempre roble) donde el vino pasa un tiempo determinado. La crianza es precisamente ese periodo de maduración. En este «spa», el vino se pule, suaviza sus taninos y se enriquece con aromas nuevos como vainilla, tostados o especias, que la madera le aporta. En Protos, nuestros vinos son el reflejo de la dedicación y el tiempo de crianza que damos a los productos.

Expresiones esenciales para la cata de vino

Una vez que el vino está en tu copa y lo pruebas, es importante describir lo que sientes. Aquí te explicamos el vocabulario clave que usan los expertos para ponerle palabras a las sensaciones:

La nariz del vino (Primer y Segundo Nariz)

Cuando hablamos de la Nariz de un vino, nos referimos a sus aromas. Es como su perfume o su tarjeta de presentación olfativa. Hay dos momentos para explorarla:

  • Primer Nariz: Oler el vino sin agitar la copa. Captarás los aromas más directos y volátiles.
  • Segundo Nariz: Ahora sí, agita suavemente la copa. Al mover el vino, se liberan aromas más complejos, más escondidos, que no percibías al principio.

Retronasal

Esta es una sensación súper interesante. El retronasal son esos aromas que percibes «por detrás», es decir, los que ascienden desde tu boca hacia la nariz (por la parte de atrás de la garganta) cuando exhalas después de tragar o escupir el vino. Es como si el aroma tuviera un eco.

La boca del vino (entrada, paso, final)

Cuando el vino entra en tu boca, es como un viaje en tres actos:

  • Entrada: La primera impresión al tomar el primer sorbo. ¿Es fresco, suave, potente?
  • Paso: Cómo el vino se desarrolla y se siente mientras lo tienes en la boca. ¿Es sedoso, cremoso, envolvente?
  • Final o retrogusto: Las sensaciones y sabores que quedan en tu boca después de tragar o escupir. ¡Cuanto más duran, mejor!

Taninos

Los taninos son esos componentes que te dejan una sensación como de sequedad o astringencia en la boca, algo parecido a cuando muerdes una manzana verde o un té muy fuerte. Son esenciales en los tintos, porque les dan estructura y capacidad para envejecer bien.

Acidez

La acidez es la chispa, la frescura del vino. Es esa sensación que te hace salivar y que equilibra el sabor. Piensa en el toque de limón en una receta: no es el sabor principal, pero lo realza todo y le da vida.

Cuerpo

El cuerpo es como el «peso» o la densidad que el vino tiene en tu boca. No es un sabor, es una textura. ¿Lo sientes ligero como el agua, o más denso y envolvente como un batido?

Redondo

Cuando un vino es redondo, significa que todo encaja a la perfección. Es como una melodía suave y sin notas discordantes: sus componentes (taninos, acidez, alcohol) están tan bien integrados que la sensación en boca es armoniosa y placentera.

Equilibrado

Un vino equilibrado es una obra de arte. Imagina una orquesta donde cada instrumento suena en su justa medida. Todos los componentes (acidez, dulzor si lo hay, taninos, alcohol) están en perfecta armonía, sin que ninguno destaque más que otro.

Franco

Un vino franco es un vino sincero y sin sorpresas. Sus aromas y sabores son nítidos, limpios y representativos de la uva y el estilo, mostrando su verdadera esencia.

Persistente

La persistencia es la duración de las sensaciones de sabor y aroma en la boca después de haberlo probado. Es como el eco de una buena canción o el recuerdo que se queda contigo: cuanto más dura, más profundo y memorable es el vino.

De la teoría a la práctica

La teoría es un buen comienzo, pero la verdadera diversión está en la práctica. Te animamos a descorchar diferentes vinos Protos y a poner en uso este vocabulario. Observa su color; explora su Nariz (Primer y Segundo); siente en boca su entrada, paso y final; identifica sus taninos y acidez; percibe su cuerpo; presta atención a su retronasal y luego, con tus nuevas palabras, decide: ¿Es redondo? ¿equilibrado? ¿franco? ¿Qué tan persistente es?

Dominar el lenguaje del vino, desde los conceptos que explican su origen hasta las expresiones que describen sus sensaciones, transforma cada copa en un viaje de descubrimiento. Todo el vocabulario aprendido es una llave que abre una nueva capa de comprensión y un disfrute mucho más profundo.

Sala de barrica en Protos

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