¿Qué son los vinos volcánicos?

¿Qué son los vinos volcánicos?

Nacer y crecer a partir de las tierras de un volcán no es una historia común. Tampoco lo es el vino que proviene de esos suelos.

Un producto marcados por la tierra, por la mineralidad extrema y por la capacidad de una planta de adaptarse y crecer en un entorno que, a simple vista, parece hostil. Pero no lo es. Simplemente es una tierra distinta.

Vino volcánico

Los suelos volcánicos son el resultado de erupciones pasadas. Están formados por rocas de gran porosidad, como la pumita, la toba volcánica o el lapilli. Tienen un alto contenido en arena, una mineralidad notable y, lo que es más importante para la vid: una capacidad extraordinaria para retener agua en profundidad y liberarla poco a poco. Esto los convierte en aliados naturales en regiones con escasa probabilidad de lluvia.

Además, su estructura aireada y oxigenada, hace de ella una tierra poco atractiva para plagas como la filoxera, que prefiere suelos más compactos y arcillosos. No se trata de suelos mejores o peores, sino de suelos con una personalidad marcada que puede observarse en los vinos que se producen en ella.

¿Qué aportan esta tierra al vino?

En algunos casos, los vinos volcánicos pueden presentar, de entrada, notas poco familiares —hidrocarburos, caucho, sulfuro— que desaparecen con la oxigenación en copa. No son defectos, sino parte de su carácter.

El tipo de terroir en el que madura la uva le aporta una serie de características recurrentes, independientemente de la variante: una acidez tensa, una sensación salina en boca, aromas menos frutales y más minerales o reductivos, y una notable capacidad de envejecimiento.

Dónde nacen los vinos volcánicos hoy

Islas Canarias

En el archipiélago canario, los vinos han vivido una revalorización profunda en los últimos años. En Tenerife, la influencia del Teide, no solo por sus suelos sino por la altitud, da lugar a una diversidad excepcional.

Por otro lado, en Lanzarote, la viticultura es diferente: viñas plantadas en hoyos, protegidas del viento por muros de piedra y cuidadas a mano todo el año.

La Malvasía volcánica da lugar a vinos blancos con mucha más complejidad de lo que sugiere el clima seco. La acidez se equilibra con la mineralidad y da lugar a un vino diferente.

Etna, Sicilia

En la ladera del volcán activo más alto de Europa se produce un vino singular. El Etna no solo impone por su altitud (hasta 3.350 metros), sino por su constante actividad, que ha modelado un terroir en continua transformación.

Las viñas se reparten entre los 400 y los 1.300 metros. Las diferencias de orientación, altitud y composición del suelo son enormes. El clima varía radicalmente en apenas unos kilómetros. A esa complejidad natural se suma una protagonista: la variedad Nerello Mascalese. Autóctona y resistente, ofrece vinos frescos, de estructura media y con gran capacidad de envejecimiento.

Más allá de Canarias y Sicilia

El mapa de los vinos volcánicos no se detiene ahí. Otras regiones que comparten este origen subterráneo están ganando reconocimiento:

  • Portugal: Azores y Madeira, con suelos volcánicos atlánticos únicos.
  • Grecia: Santorini y su Assyrtiko.
  • Estados Unidos: algunas zonas de California con viñedos en antiguos conos volcánicos.
  • Hungría: Tokaj y Somló.
  • Nueva Zelanda: regiones del norte con actividad volcánica histórica.
Viñedo en las Islas Azores

Viñedo en las Islas Azores

El carácter de la tierra

Cultivar vid sobre lava solidificada, ceniza o piedra pómez es una forma distinta de entender la viticultura. En estos suelos, el vino no busca el impacto inmediato, sino la huella del tiempo. La expresión de lo que la tierra ha sido. Y de lo que aún puede ser.

En Protos no hacemos vinos volcánicos. Pero sí entendemos lo que significa trabajar con un suelo que impone sus propias reglas. Y eso, en el fondo, es lo que hace interesante cualquier vino.

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