El Día de las Escritoras se celebra desde 2016, impulsado por la Biblioteca Nacional de España junto a Clásicas y Modernas y FEDEPE, para visibilizar la aportación de las autoras al canon. Se marca el lunes más cercano al 15 de octubre, alrededor de la figura de Teresa de Jesús. Aquí va una selección de escritoras clave, con mini-biografía, obras destacadas y el vino Protos que mejor dialoga con su modo de escribir.
Reformadora, fundadora del Carmelo Descalzo y prosista mayor del Siglo de Oro. En “Libro de la vida”, “Camino de perfección” y “Las Moradas” combina introspección espiritual, humor práctico y un castellano diáfano.
Brindaríamos con Protos 5º Año. Su estructura y equilibrio se abren con oxigenación y tiempo, como las capas meditadas de su prosa. Un vino que crece en la copa, igual que la claridad de Teresa se asienta a medida que la lees.
Figura del Rexurdimento y voz moderna en castellano. “Cantares gallegos”, “Follas novas” y “En las orillas del Sar” convierten paisaje e intimidad en una misma materia.
Brindaríamos con Protos Verdejo. Frescura, acidez tensada y perfil herbal-cítrico que deja hablar al “territorio”. Igual que Rosalía depura el idioma para que suene a lluvia, piedra y memoria, el Verdejo realza cualquier plan.
Novelista, ensayista y crítica; introduce el naturalismo en España. “Los pazos de Ulloa”, “La madre naturaleza”, cientos de cuentos y artículos con mirada precisa e independiente.
Brindaríamos con Protos 27. Es un tinto de capas y detalle, con fruta definida, madera integrada y final largo. Como su narrativa: analítica, con fondo y sin concesiones. La complejidad está, pero ordenada.
Con “Nada” (1944) inaugura otra respiración en la posguerra: juventud, deseo de aire, una Barcelona opresiva mirada con voz limpia.
Brindaríamos con Aire de Protos. Ligereza tensa, aromas nítidos y paso ágil. No es frívolo, es claro. Como la prosa de Laforet: sencilla de leer, difícil de escribir, con una energía discreta que ventila la página.
Memoria de infancia y posguerra, fábula y realidad. “Los hijos muertos”, “Primera memoria”, “Olvidado Rey Gudú”. Emoción sin exceso y una tristeza luminosa.
Brindaríamos con Protos Crianza. Une calidez y estructura: fruta madura contenida, madera que arropa sin dominar, persistencia amable. Es un vino que acompaña el relato y lo sostiene, como su narración sostiene lo frágil sin romperlo.
Narradora y ensayista de la conversación, lo cotidiano y la observación fina. “Entre visillos”, “Retahílas”, “Nubosidad variable”.
Brindaríamos con Protos Sauvignon Blanc. Aromas precisos, boca vertical y acidez de apoyo: funciona como la sintaxis de Martín Gaite, que mueve la charla con claridad y ritmo.
Prosa catalana esencial del siglo XX. “La plaça del Diamant”, “Mirall trencat”: sencillez aparente y precisión emocional que llega sin alzar la voz.
Brindaríamos con Protos 9 meses. Fruta franca, tanino fino y una tensión que no grita. La ética de origen y el trazo limpio del vino reflejan esa escritura que parece suave hasta que, de pronto, corta.
De la intimidad a la historia reciente con pulso narrativo y personajes memorables. “Las edades de Lulú”, ciclo “Episodios de una guerra interminable”.
Brindaríamos con Protos Gran Reserva. Amplitud, complejidad y final largo: un vino para tramas extensas, que crece con el tiempo en botella y en copa. Como sus novelas: corales, ambiciosas y sostenidas.
Carroa, nuevo tinto de Protos, nace de viñedos viejos de Tinta del País y se afina en roble francés, tina y huevo de hormigón. Perfil tenso y preciso, fruta limpia y elegancia castellana. Lo serviríamos con autoras de voz firme Pardo Bazán por rigor y ambición, o Grandes por alcance narrativo. Vinos y obras a los que siempre volvemos, de los que nos quedamos prendidos desde la primera copa y la primera lectura.